He salido corriendo presa de un extraño sentimiento,
con una imagen recurrente de un horizonte inalcanzable, aunque inmóvil.
Bajo mis pies hay una sensación suave y agradable.
Siento como se me hunden los pies, como cangrejos en la arena.
Andando en varias direcciones, evitando a toda costa la línea recta,
he seguido imágenes de grandes monumentos circulares oscuros
y he llegado a ellos, sólo para descubrir que veo otros aún más lejos,
mientras un desierto vasto y cálido se mueve al ritmo de mi respiración.
Me he dormido contemplando las estrellas, exhausta de jugar,
abrigada por el gran desierto, a salvo del frío y de los miedos.
Al despertar no he podido evitar sonreír,
Al despertar no he podido evitar sonreír,
al descubrir que estaba corriendo por tu espalda.